domingo, 17 de enero de 2016

PENSAMIENTOS DEL LOCO CAMINO DE ROMA



   El
 loco desafiaba la desorientación de estar libre por la calle absorto en sus pensamientos. Como leía mucho, tenía varias teorías acerca de casi todo y las exponía en voz alta mientras caminaba nervioso alejándose de la ciudad.




Cuando la corriente eléctrica positiva y la negativa se encuentran, chocan. Salta una chispa. Por eso se usa esa frase “se le cruzaron los cables” para explicar (o más bien justificar) un estado de locura. Pero la locura es una cosa muy seria y ése refrán popular ni por asomo explica siquiera la mecánica de la propia cosa. Para empezar (y volviendo a la electricidad) cuando dos polos opuestos se juntan se produce un chispazo, pero es un chispazo fugaz, una especie de advertencia de error (que nos obliga a parar o retirarnos), una energía efímera y equivocada. La locura, según la entiendo yo, es justamente lo contrario, me dijo,  yo conecto los polos como debe ser, refuerzo los cables y aprieto las tuercas al máximo. La corriente no hace saltar chispas, la corriente se multiplica, fluye y hace explotar los galvanómetros. Se forman en las calderas vapores venenosos y envenenados, fiebres milenarias recién nacidas, explosiones nucleares de pensamientos obsesivos. La locura no es un chispazo. La locura es una olla a presión inconcebible que ataca desde dentro, una manicura despiadada que pela las capas de la piel del pensamiento. La locura es una casa en llamas invisibles y el loco, agitando las manos, hace señales que nadie entiende o que nadie ve. La locura es el barco donde los locos descienden las cataratas del Niágara silbando pensando que van a la luna. Y no hay locuras imposibles. Los chiflados tienen un catalogo interminable de variantes infinitas. Hay locos que son genios. Genios que se volvieron locos. Locos insoportables, locos increíbles. Locos creativos, locos suicidas, locos con estrella y locos estrellados. Locos que viven en el futuro y otros locos que se quedaron atrapados en el pasado. La locura extrema anda suelta por cualquier esquina. Un amante despechado, atravesado por sus obsesiones, amanece un día convertido en descuartizador.  Un científico se hace brujo. Otros creen tener alas. La locura, en cualquier caso, es siempre inequívoca. Cuando se manifiesta, en un segundo nos damos cuenta de su presencia poderosa. Yo he vivido ejemplos de lo que digo. Mi amigo Cayetano me dijo un día al ver pasar a uno que yo no conocía “el cuñado bebío lejía”. Sólo en cuatro palabras me hizo saber todo lo que hacía falta saber de aquel cuñado al que “se le habían cruzado los cables”. Es curioso,  el poder de una frase tan definitiva vendría a equivaler en términos siquiátricos a un informe de varias hojas con términos como síndrome, desdoblamientos, sicopatías, grados…pero oyendo que “bebío lejía” ya queda todo explicado.  Ocurre algo similar con otra frase analizable “está como una regadera” es sinónimo de locura irremediable. Pero siendo sincero, yo no sé (o nunca me he parado a pensar) porque una regadera representa la imagen de la locura. Sólo se me ocurre aventurar que los pensamientos de un loco saltan a la atmosfera como si fueran los chorros de agua de la regadera. Unos pensamientos líquidos hechos de una sustancia parecida al agua. Como tercer ejemplo, otro dicho popular que tampoco es muy coherente “Está más loco que una cabra”. Como casi todos los refranes a poco de analizarlo se viene abajo como un castillo de naipes. Porque estar más loco que una cabra está cualquiera. Si las cabras fueran (por poner un par de ejemplos) aficionadas a hacer cosas incoherentes o se estuvieran riendo sin sentido mirando una piedra, tendría sentido. Pero las cabras son, además de un poco estúpidas, unos animales en apariencia bastante coherentes, sin rasgos de locura visibles.  Esto de las cabras nos lleva a pensar en la locura y sus orígenes. Es fácil adivinar porque la gente se vuelve loca. El cerebro humano es un coctel químico bastante delicado, los sentimientos y las pasiones intervienen en esa química para terminar de hacer una mezcla perfecta e imposible, peligrosísima. Lo raro es que haya tantos cuerdos en definitiva. Pero también en el reino animal hay animales que son víctimas de la locura. Lo cual quiere decir que incluso sin intelecto ( con un intelecto primitivo) también el “peligro” de la locura acecha. Todo es susceptible de ser “localizado” (o sea, de sufrir un desvío desde la normalidad a la demencia). Los coches se vuelven locos, un caballo se vuelve loco, los ordenadores son locos de nacimiento, una lavadora se vuelve loca, incluso un reloj  (el aparato que en teoría debería ser más cuerdo que ninguno) también enloquece y marca las cuatro cuando son las diez. La locura no descansa nunca. Siempre vuelve. Y siempre aparece armada. La locura dispara a matar. Mata el sueño, mata el hambre, mata la lógica y mata el tiempo.  El loco, blindado por la armadura de su propia locura, es invencible. Es intocable. El loco lo alcanza todo porque nunca retrocede. Al loco sólo lo puede su propia demencia, que un día se vuelve insoportable y termina por aplastarlo.
El loco que más me impresionó en mi vida fue uno que conocí en un pueblo de montaña. Era uno de esos locos autónomos, que son mis preferidos, esos que gozan de cierta libertad para moverse por la calle, ir a hacer la compra, cosas así. Aquel loco era de unos treinta y pico años, regordete, vestido con una camisa a cuadros abotonada hasta arriba. Siempre iba sonriendo y tenía las mejillas coloradas. Era una sonrisa del que sabe que está loco. Inofensiva, pero con trasfondo de picardía demencial. Aquel loco no hablaba. Sólo emitía una especie de chillido que imitaba (pienso yo) al canto de un pájaro. Pero un canto desagradable, como el de las urracas: chillón, estridente, agudo. El loco “piaba”. Pero no lo hacía todo el rato. Yo creo que él que estaba atento a todo lo que ocurría alrededor en las aceras y principalmente con el tráfico, elegía un momento en el que pasaban varias cosas a la vez y emitía aquel chillido poniendo cara de pillo. La cara que pone un niño que hace algo sabiendo que se lo han prohibido. Además, el loco que “piaba” tenía la afición de dirigir el tráfico. En aquel pueblo de montaña, pequeño, y cómo en casi todos esos pueblos medio aislados suele haber una sóla calle principal y siempre la carretera la atraviesa. Siempre hay en los pueblos un cruce donde el tráfico se atasca y se congestiona. Y allí, a veces, el loco dirigía el tráfico. Tímidamente se bajaba de la acera y (más feliz que nadie) se animaba a dar paso a uno u otro vehículo haciendo señas con autoridad como las que hacen los policías. Yo siempre pensé que algún día allí ocurriría un desastre. Pero un tiempo después dejé de ir por aquella zona y nunca más vi ni supe nada del loco aquel que graznaba como una urraca y ocasionalmente era agente de tráfico.






jueves, 14 de enero de 2016

89 PALABRAS

Los malditos cuartos sonaron anunciando la ceremonia cíclica del atragantamiento. Mastiqué las uvas con odio. En realidad estaba masticando en mi cabeza anti-propósitos que se disparaban como fuegos artificiales. Después de brindar encendí un cigarrillo: el tabaco sabía a metal.  La noche terminaría volviéndose inoxidable y sangrienta. Las sirenas y los perros aullarían como dementes.  Miré hacia el cielo. Las nubes eran negras. La luna, amenazante. Era un cielo que parecía haber salido de la pesadilla de un cuervo. Entonces lo ví claro: sería yo el que incendiaría Roma.


lunes, 4 de enero de 2016

FUGA POR EL VENTANAL


Miren, a mí se me acabó el tiempo, dijo el loco.

Ustedes tienen sus maquinitas, sus tablitas de surf, sus tenedorcitos de oro, sus pequeñas miserias gerontocráticas y sus frasquitos de aburrimientos bien organizados...pero yo no tengo nada. Yo sólo tengo una cabeza que da vueltas como un rotor de fuego que me lima el pensamiento. Yo no tengo tiempo para esperar en paradas de autobuses. Lo siento. No tengo tiempo de esperar a nadie. Se quemó la sopa del tiempo, muchachos. No más invitaciones a fiestas alegres. Se acabaron las señales. Me tienen harto las señales. Me tienen harto las preguntas. Me tienen harto los papeles. Me tienen harto las señales, las preguntas y los papeles. Ya se los vengo diciendo desde hace rato: Yo no cómo más tierra, señores. Ya no mando telegramas. No doy más entrevistas, no pido fiado, no espero nada. Estoy muy ocupado centrifugando ideas. Y si los relojes se pudren, pues a aguantarse. Yo no limpiare la sangre. Yo no barreré desgracias ajenas. Yo, el loco, se va a Roma (con una çaja de cerillas). Y se me acabo la paciencia para reunir un ejercito. Invadiré Italia sólo.

Luego?

 Luego hubo una concatenación de cosas: el loco se puso a cantar a los gritos en italiano. Aquello sonaba como una escritura nueva donde ya no importaban las reglas de ortografia, NI LAS FUENTES. La excitación del loco contagío de nerviosismo al resto de los locos. Algunos se aferraban a los barrotes. Eran locos enloquecidos. Otros simplemente se dejaban llevar por aquello que se había transformado en una especie de manifestación, una cosa colectiva sin pies ni cabeza (los locos marchaban en círculos y bebían zumitos de piña con pajita). 
Las fobias, las creencias, los fanatismos, los tics, las muecas, la violencia, el poder y los razonamientos de los locos (¡!) conformaban un universo infinito. Un loco puede ser un fanático de la cosa más absurda que se pueda imaginar. Los hay obsesivos de la limpieza, de los números, de los pájaros, de los espías, de sí mismos (del otro yo), locos que se creen demonios, locos que beben lejía, que hablan con los espiritus (o lo que es aún peOR: locos a los que los espiritus les hablan). Ensimismados o ultrasociales. Hiperalertas o idiotizados (astarotizados).
Todos  cada uno de aquellos locos tenían común una cosa: siempre estaban esperando “algo” que estaba por ocurrir o por manifestarse, “algo” inevitable, próximo y premonitorio, revolucionario o apocalíptico. Todos en estado de alerta día y noche, cada uno esperando su propia crucifixión y subida al cielo particular. Todos, de alguna manera, vivían pendientes de un futuro inminente. Excepto el loco al que se le había acabado el tiempo. Ése era un caso aparte. Vivía sus batallas en el presente extremo. Para él nada estaba por manifestarse o por ocurrir sino que estaba sucediendo en ese mismo momento. No había manera de hacerlo esperar. No había por donde sujetarlo. Y cuando se le metía una cosa en la cabeza, la perseguía sin descanso y la conseguía sin importarle nada.

Dispuesto a invadir Roma, y en medio del caos que se había desatado en la sala de juegos, nadie prestó atención a que el loco, cantando himnos militares, reclutó (digamosló así) a otros locos, los más idiotas y fuertes, para formar una torre humana. Aquellas bestias debieron de creer que se trataba de un juego y colaboraron excitados. Se reían, babeaban, se daban palmadas en las espaldas. Para cuando la torre estuvo concluida, el loco trepó hacia lo alto pisando hombros, cabezas y ojos. Algunos se quejaban de ser pisoteados, otros reían. Al llegar a lo alto, el loco tuvo acceso a un ventanal que daba a los techos e intentó abrirlo, pero el cristal no se abrío. La torre humana se tambaleo breve y peligrosamente y un segundo después el loco dío una patada al cristal gritando “ ¡Allá voy Roma…Victoria o muerte, Aleluya!”. El estruendo fue tremendo y los cristales cayeron sobre la torre humana que se vino abajo entre gritos y alaridos. La confusión fue inmensa. En la caída algunos locos se habían hecho pequeños cortes y magullones, pero gritaban y corrían desbocados por la sala como si les hubiesen amputado un brazo. Cuando los enfermeros pudieron calmar y curarlos a todos, hicieron un recuento y faltaba una persona. El loco al que se le había acabado el tiempo no estaba. Iba rumbo a Roma.













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HOJA DE RUTA



Antirelatos.
El loco invadirá Roma.
Preguntas incontestables.
Destrozos del Vendaval.
Vitácora de la novela imposible.
Bilis.
Marcianos.


(creo que ya tengo claro de que irá éste blog)



martes, 15 de diciembre de 2015

BREVE BIOGRAFIA DEL BLOGGERO Y SUS CIRCUNSTANCIAS



Tomé la decisión de hacerme un Blog. Probé distintos modelos de páginas sin dar con ninguno que me terminara de convencer. Sin saberlo, yo tenía en mente un blog con unas caracteristicas concretas: que fueran textos en fondo negro y que en ese mismo fondo negro se incorporaran imágenes. El azar me llevó a encontrar un viejo blog llamado “En las comarcas del Tótem”, así que por unos días me olvidé de la creación del blog nuevo y me dedique a releer aquellos post que hablaban de pulpos, de brujos y de túneles. Mirando la portada de aquel blog reconocí la foto de mi amigo retocada muy primitivamente por mi hace ya unos cinco años atrás. En la misma portada caí en la cuenta de que yo mismo figuraba como seguidor de “Las comarcas”, o sea, que yo mismo era un blogger desde aquellas épocas. Quizás fuera posible recuperar aquel blog si es que aún seguía activo. Y sí que seguía existiendo. Había permanecido cinco años abandonado, hibedernando. Ese blog, que fue un intento fallido de novela de ciencia ficción escrita en plural, se titulaba “HACIA EL CINTURÓN DE ASTEROIDES DE JÚPITER



Por alguna circunstancia que desconozco, las entradas originales han desaparecido y también las fotos. Quedan apenas unos planos espaciales y unas coordenadas que así aisladas de lo demás no dicen nada. En algún lugar (del ciberespacio o de mi computadora) quizás estén los textos y las imágenes. Básicamente la idea era una nave espacial que había sido construida clandestinamente en las afueras de Buenos Aires y que había partido al espacio de una manera muy precipitada, con partes de la nave sin acabar o sin haber sido probadas como es debido. Era un intento de argentinizar la ciencia ficción en una travesía en la que los tripulantes cocinaban patatas fritas y arreglaban los desperfectos con alambre y unas tenazas de pico de loro. La fascinación por el espacio, lo desconocido y la posibilidad de encontrar otros mundos era una mitad de la historia, la otra eran las propias relaciones de los tripulantes y su capacidad de subsistir en el espacio y enfrentarse a dilemas imposibles. Lo que sí conservo son los dibujos detallados de la nave que diseñé para ambientar la historia. Son dibujos de la aerodinámica y también de la disposición interna de la nave como zonas de carga, sala de máquinas, módulos de mando...

Si de éste Blog espacial sólo sé conservan algunas fotos y planos, al menos hay que conformarse con lo que se pudo salvar. No se puede decir lo mismo de otro Blog que escribí y que directamente desaparecío. Se titulaba COMO ME CONVERTI EN UN CHINO. No hace falta explicar la trama, ésta todo dicho en el título. Éste segundo Blog tuvo mucho éxito y algunos seguidores ,muy enganchados ,esperaban los nuevos capítulos que iba publicando (que creo que fueron seis).
Era un Blog de acción y aventuras.
Estilo james Bond con extras orientales.

Con ese Blog ocurrío lo siguiente: un día me llega un mail del servidor (que se llamaba La Coctelera) diciéndome que “fue muy bonito mientras que duró”, pero que el sitio bajaba la persiana. El mail venía a decirte: descargate tus tonterías de chinos antes de que desaparezcan en el eter. En una carpeta zip además te bajabas todo lo escrito y publicado poniéndolo a salvo. Supongo que esa muerte tan inesperada de La Coctelera me llevo a abandonar la historia de los chinos. Me dío pereza volver a subir aquella historia en otro sitio nuevo. Además, aunque algún que otro seguidor pertinaz seguía esperando la continuación de la historia (Y. especialmente) , abandoné a los chinos por otras cosas que me resultaban más potentes o más urgentes.

Finalmente, llegamos a este nuevo Blog 2015.
He conservado el nombre de faquir y le he agregado Black Blog, no porque me haya vuelto gótico, sino por diferenciarlo de la época anterior.

El título HACIA EL CINTURÓN DE ASTEROIDES DE JÚPITER

he decidido conservarlo aunque no éste la ciencia ficción en mis planes inmediatos.
También pensé en tirar la casa por la ventana y titularlo
COMO ME CONVERTÍ EN UN CHINO VIAJANDO HACIA EL CINTURON DE ASTEROIDES DE JUPITER,
                                                           pero me parecío muy largo.

No hay temática pensada.
Se trata de escribir de noche,
Con la espalda contra la pared,
De costado a la tempestad
Y de frente al viento que arranque las velas a pedazos.


Cuando tenga tiempo buscaré los planos de la nave espacial.
Cuando los encuentre subiré algún capítulo de los chinos.





lunes, 14 de diciembre de 2015

RESURECCION DEL BLOG

Después de romperme la cabeza intentando diseñar un blog nuevo, voy y me acuerdo que tenía éste.
Quién dijo memoria?
He vuelto del espacio.
Traigo recetas imposibles.

martes, 6 de abril de 2010